El Pais- Polémico libro de músico exjudío antes de festival de jazz
I am launching The Wandering Who in Spanish this week, a lot of activity, concerts and talks.
Here are a few articles.
Gilad Atzmon seguirá al guitarrista Jonathan Kreisberg en el certamen de artistas contemporáneos del Jimmy Glass
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/10/22/valencia/1350924679_236031.html
Menos bromas con el estereotipo del judío errante. El saxofonista o, mejor, multiinstrumentista Gilad Atzmon pone en cuestión la expresión desde el mismo título de su último libro: The wandering who? para aclarar de qué va su tercer ensayo en el subtítulo: A study of jewish indetity politics. O La identidad judía a examen, en la edición española que el propio autor presentará el próximo día 30, en Valencia, y los días 31 y 1 de noviembre en Madrid, junto a dos actuaciones que tendrán lugar en el Jimmy Glass y en el Bogui Jazz, respectivamente. De la complejidad del artista y escritor de origen israelí, que a sí mismo se considera un exjudío, se puede extraer una idea al enlazar todo eso con los conciertos de los Blockheads de Ian Dury que tenía previsto compartir este fin de semana en el Reino Unido, donde reside habitualmente.
La presentación del nuevo libro en Valencia, editado en España como La identidad errante y precedido en Gran Bretaña de una polémica tal que, al parecer, estuvo a punto de dar al traste con su publicación, tendrá lugar en la librería Cosecha Roja de la calle Sevilla, como aperitivo del segundo concierto del Festival de Jazz Contemporáneo que programa el Jimmy Glass Club del barrio del Carmen, en lo que supone un repetido desafío a la crisis ya que es la segunda edición. El festival arrancará seis días antes, es decir el miércoles próximo, con la actuación del guitarrista Jonathan Kreisberg, estrella de la escena neoyorquina que abarca con naturalidad un amplio abanico que va desde las influencias iniciales de Robert Fripp a la deriva tradicionalista de un álbum como Night songs.
Se trata de un cartel en el que los acompañantes son en algunos casos, tan relevantes como los cabezas de lista. Es el caso del saxo alto Wil Vinson, que participó en el álbum más significativo de Kreisberg , The South of Everywhere y sigue a su lado ahora; del batería Francisco Mela, que llega a este festival en el trío encabezado por la saxofonista Melissa Aldana, pero ha formado parte del grupo de Joe Lovano y ha tocado con estrellas como McCoy Tyner y Kenny Barron; o el saxofonista Stacy Dillard, que acude en el cuarteto del guitarrista Greg Diamond, la propuesta más latina del certamen.
Por no hablar de las formaciones en que los músicos se hablan de tú a tú, como es el caso del cuarteto reunido para el 19 de noviembre, en el que Perico Sambeat, Albert Sanz y Javier Colina se olvidan de sus propios proyectos para unirse al que fuera batería de Miles Davis, Al foster, y ofrecer una especial noche (Valencia Moon, ha sido bautizada) dedicada a darle una vuelta de tuerca a algunos estándares del hard bop .La representación española juega al máximo nivel, completada por el saxofonista y flautista Jorge Pardo, que presentará formalmente en Valencia el disco Huellas, última y brillante destilación de su combinado de flamenco y jazz.
El guitarrista Josemi Carmona, miembro de Ketama e hijo de Pepe el Habichuela, forma parte del sexteto que acompaña a Jorge Pardo para la presentación de este doble CD y el que como novedad se incorpora el trompetista valenciano Voro García.
Mención aparte merece el saxofonista bostoniano Jerry Bergonzi, que vuelve al Jimmy para poner alto el listón del festival, apoyado en su habitual rítmica, integrada por músicos que son figuras por derecho propio, a sabe: Dave Santoro, Andrea Michelutti y Carl Winter. Completan el programa dos conciertos off festival, es decir, fuera de las tarifas del certamen, que son el protagonizado por la cantante Ganavya Doraiswami, al frente de un trío de jazz indio, y el del trío liderdo por el pianista valenciano Alberto Palau. Tanto Jeremy Pelt, como Gilad Atzmon y Greg Diamond actuan por primera vez en Valencia.
Gilad Atzmon, una identidad errante |
El escritor y saxofonista, que se identifica a sí mismo como exjudío, estará en España la próxima semana para presentar la traducción al español de su último libro, The Wandering Who?: aprovecha la ocasión para ofrecer tres noches de conciertos entre Valencia y Madrid.
El tercer trabajo de Gilad Atzmon como escritor, el primero publicado en España, está editado por Ediciones de Oriente y del Mediterráneo (Madrid) bajo el título La identidad errante (La identidad judía a examen), un ensayo que Gilad comienza con la frase del político liberal Israel Shahak, nacido en Polonia y sobreviviente del Holocausto: “Los nazis me hicieron tener miedo de ser judío y los israelíes me hacen tener vergüenza de ser judío”.
Gilad se expresa casi en igualdad a través de la música y la palabra: una y otra están cargadas de experiencias vividas en primera persona. Su defensa de la causa Palestina no es la de un activista de salón sino la de alguien que conoce a la perfección la realidad de uno y otro lado del muro. Por tanto su música no puede dejar de estar impregnada de ello.
El día 30 de octubre el libro se presenta en la librería La cosecha roja, en Valencia. Por la noche, el trío de Gilad Atzmon (con Yaron Stavi en el contrabajo y Carlos González “Sir Charles” en la batería) estarán actuando en el Jimmy Glass, en un concierto especial dentro del programa de la segunda edición de su Festival de Jazz Contemporáneo.
El miércoles 31, autor y editorial ofrecen una rueda de prensa en el Café del Círculo de Bellas Artes de Madrid: la convocatoria es a las 13:00 hs.
Por la noche (21:00 hs) el libro se presenta en el Bogui Jazz con Javier Gallego (creador y director del programa Carne Cruda) como maestro de ceremonias. A las 22:30 dará comienzo el concierto del trío que tendrá otra noche más de música al día siguiente, el 1 de noviembre, en el mismo Club.
El Mundo- Ya no soy judío'
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/29/cultura/1351516119.html
- El más famoso saxofonista de Israel es un enemigo para los nacionalistas...
- Y un sospechoso para los palestinos. Estrena gira y libro en España.
"Los nazis me hicieron tener miedo de ser judío y los israelíes me hacen tener vergüenza de ser judío". El saxofonista y escritor Gilad Atzmon (Tel Aviv, 1963) toma las palabras del que fuera superviviente del Holocausto alemán, profesor y defensor de los derechos humanos Israël Shahak para prologar su nuevo libro, 'La identidad errante. La identidad judía a examen' (Editorial Disenso), que estos días llega a las librerías españolas. El desembarco literario, además, se acompaña de tres actuaciones, una en Valencia (este martes en el Jimmy Glass Club) y dos en Madrid (el miércoles y jueves en el Bogui Jazz).
La producción literaria de Atzmon, como la de todas esas voces que se niegan a tomar discursos extremos, siempre ha sido recibida entre polémica. Algunos judíos, por un lado, le acusan de un antisemitismo venenoso y peligroso, mientras que algunos palestinos hacen lo mismo señalándole como un agente doble al servicio del Estado de Israel. Uno charla con él y todas las ecuaciones posibles se despejan en torno a una solución más sencilla, la que se deriva del sentido común y una humanidad que Atzmon reivindica para todos los pueblos.
Sea como fuere, queda claro que en el conflicto palestino-israelí él tiene su particular postura y opinión, que se vertebra en torno a una crítica razonada y argumentada contra el sionismo radical. Él siente que tiene que elevar esta voz, asumiendo que otras denunciaran otros extremos. No obstante, en esta nueva publicación, Atzmon deja a las claras que el extremismo nacionalista israelí tiene buena parte de responsabilidad en la falta de paz en aquella tierra del Oriente medio.
A lo largo de sus 256 páginas, Atzmon analiza y reflexiona en su nuevo libro sobre cuestiones ya abordadas en anteriores publicaciones y ensayos, actualizándolas y compilándolas en un mismo volumen: el judaísmo y la 'judeidad'; la cultura judía y la ideología judía; la actitud política israelí en la historia y el tiempo; el papel del holocausto; la influencia de los grupos de presión sionistas; el eco del conflicto en los medios de comunicación, etcétera.
Posteriormente, o de forma paralela, todas estas reflexiones son plasmadas en su gran pasión musical, el jazz, un género cuyo espíritu rebelde ya marida de entrada con su actitud vital.
Experiencias definitivas
El saxofonista y clarinetista Gilad Atzmon se marchó a Londres mediada la década de los 90, cansado de la radicalidad sionista y después de haber cumplido el servicio militar en la guerra que Israel declaró al Líbano a comienzos de los 80. Su participación en aquel conflicto acabó por despejar todas sus dudas sobre la 'identidad judía': "Veía a palestinos por todas partes, hasta que me dije, '¡diablos, si es que estoy viviendo en territorio palestino!'. Fue entonces cuando decidí marcharme, eso sí, con cierto sentimiento de culpa".
Aterrizó en la capital británica para cursar y completar estudios de Filosofía alemana, aunque el jazz pasó a formar parte de su verdadera vida profesional. De hecho, Atzmon, que había estudiado música en la Academia Rubin de Jerusalén, llegó a tener excepcionales padrinos en las figuras de Memphis Slim, Michel Petrucciani o Jack DeJohnette, con los que realizó varias giras. "En realidad, ya cuando estaba en el Ejército hacía todo lo posible para evitar la llamada del deber, no porque fuera pacifista ni porque me preocuparan excesivamente los palestinos, sino sencillamente porque prefería quedar me a solas con mi saxofón". Tras su llegada a Londres fundó el grupo con el que hoy escribe sus discursos musicales, el Orient House Ensemble, que toma su nombre de la casa de la familia Al Husseini, la que fuera sede oficiosa de la Autoridad Palestina en Jerusalén hasta que fue ocupada por los militares israelíes. Al margen de sus vientos, la musculatura jazzística del grupo se sostiene en el buen hacer del pianista Frank Harrison, el contrabajista Yaron Stavi y el baterista y percusionista Eddie Hick (en su gira española no acude con el pianista y su baterista habitual será reemplazado por Carlos 'Sir Charles' González).
Tras varias entregas discográficas en pequeñas compañías, Gilad Atzmon y los muchachos del Orient House Ensemble firmaron por uno de los sellos independientes con más prestigio, Enja, donde lleva varios discos publicados. En su paleta expresiva caben todos los corazones musicales de Oriente Medio, tanto judíos como árabes, así como la efervescencia rítmica gitana de los Balcanes, el latido negro de África y la cadencia melódica de géneros como el tango.
La vida al otro lado de la trinchera
Hoy, Gilad Atzmon ya no se siente judío: "He dejado atrás la idea de pueblo elegido" y plantea preguntas a sus paisanos: "¿Cómo es que un pueblo que ha sufrido tanto y durante tanto tiempo puede infligirle tanto dolor al otro? ¿Cómo pueden los sionistas, que están motivados por un genuino deseo de regreso, estar tan ciegos cuando se enfrentan a un deseo similar por parte del pueblo palestino?". El saxofonista y clarinetista subraya sus argumentos recordando los primeros combates contra su propio pensamiento: "Asimilé el hecho devastador de que en 1948 los palestinos no habían abandonado sus hogares voluntariamente, como se nos decía en la escuela, sino que habían padecido una brutal limpieza étnica a manos de mi abuelo y los suyos. Empecé a comprender que en Israel nunca ha dejado de haber limpieza étnica, sino que, simplemente, ésta ha adoptado otras formas, y empecé a admitir el hecho de que el sistema legal israelí no era imparcial, sino racista". Y para concluir, una experiencia definitiva, que marcaría todo lo que hoy es y puede ser Gilad Atzmon: "En el verano de 1984, justo tres semanas antes de librarme del uniforme militar, nos enviaron al Líbano para una gira de conciertos. Al final de un sucio y polvoriento camino en un día de calor espantoso, a primeros de julio, llegamos al infierno en la tierra. El inmenso centro de detención estaba rodeado por una alambrada. El lugar era un campo de concentración. Los presos eran los 'judíos', y yo, un 'nazi'". Tal y como le sucedió a Israël Shahak.